Es un día lluvioso en Medellín. Hace frío, el transporte público es lento y la gente en la calle camino bajo las sombrillas con los hombros recogidos. Algún despistado o desafortunado deambula por ahí sin protección alguna ante el clima. Anochece y la humedad se refugia en los huesos de todos y cada uno de los habitantes de esta ciudad.
Al fondo del paisaje, el Picacho. Un accidente geográfico natural que ha sido testigo del crecimiento de la comuna 6 desde su época fundacional. El morro, como algunos los llaman, es el símbolo característico de esta comuna, un símbolo que como dice Ofelia Zuluaga* “nos ha visto nacer, crecer y nos verá morir”.
Al respecto, no solamente el morro ha visto crecer al territorio que vigila, también ha visto correr sangre y lágrimas entre sus diversos caminos. “Aunque esos tiempos de violencia ya pasaron y dejaron sus huellas, queremos que los jóvenes de hoy en día sepan de estas historias para que no vuelvan a permitir que pasen”, anexa esta vez, la señora Ofelia.
Muchos han sido los procesos para la No Repetición y para la apropiación social de los espacios que se han realizado en la comuna del morro el Picacho, muchas han sido las activaciones comunitarias realizadas para reivindicar los Derechos Humanos en esta población. Un claro ejemplo de ello, han sido los talleres de reconocimiento del territorio que se han venido realizando en el marco del proyecto Memorias en Diálogo: “en estos espacios hemos utilizado algunas técnicas pedagógicas para lograr introyectar nuestra comuna”, asevera nuevamente Zuluaga.
A lo que Ofelia se refiere, es que los promotores junto con los talleristas encargados de hilvanar la propuesta han utilizado la “personificación” histórica de los hechos como método experimental para el intercambio de saberes entre los habitantes de este territorio. “En esta ocasión lo que hicimos fue entregarle a cada grupo una noticia de un suceso doloroso acontecido aquí para que posteriormente ellos la representen”, afirma ella.
El objetivo principal, según ella, era generar entre los participantes mecanismo de reconocimiento de la comuna para poder generar un sentido de pertenencia hacia la misma y de esta manera asegurar garantías de No Repetición, especialmente en los jóvenes quienes son los encargados de llevar las riendas de las apuesta sociales a futuro.
Finalmente, se espera que la comuna 6 continúe militando por los Derechos Humanos y que sus futuras generaciones tomen como ejemplo todas estas luchas que se realizan bajo la luz de la verdad.
Memorias en Diálogo 